Durante los últimos años, el precio de la vivienda se ha disparado, así como el coste del metro cuadrado. Esto se ha visto reflejado inevitablemente en el precio de las viviendas de nueva construcción, que se ha encarecido notablemente. Para mitigar esta subida de precios, muchos constructores han tomado la decisión de reducir el tamaño de las viviendas, por lo que cada vez se construyen pisos y casas de tamaño más reducido.
Esto, junto con la vida ajetreada que solemos llevar, tiene ciertas consecuencias para nuestro día a día. De hecho, al tener que vivir en espacios relativamente reducidos, no es posible amueblarlos de la misma manera que lo haríamos con una vivienda de dimensiones más grandes. Por este motivo, las personas se tienen que ir ajustando cada vez más al espacio disponible.
Por este motivo, cada vez son más las personas que deciden echar mano del ingenio para aprovechar al máximo todas las posibilidades del espacio. Y ¿cómo se puede aprovechar al máximo las posibilidades del interior de nuestro hogar? Es muy sencillo: gracias a la optimización del espacio con la instalación de muebles a medida y la compra de mobiliario convertible.
Entre estos últimos, nos vamos a centrar en la importancia de las camas abatibles y los beneficios que aporta en la optimización y la organización del espacio de nuestras viviendas. Este elemento, por lo tanto, se hace indispensable para amueblar, por ejemplo, pequeñas habitaciones juveniles o para niños.
Sin embargo, también debes tener en cuenta que pueden tener otros muchos usos, incluso en hogares de gran tamaño. Por lo tanto, los beneficios que se derivan de su uso son muy grandes, por lo que, para que los conozcas, en este artículo te vamos explicar todo lo relacionado con las camas abatibles.
¿Qué es una cama abatible y para qué sirve?
Una cama abatible es una cama que se encuentra apoyada sobre el suelo de la habitación cuando se va a utilizar para dormir, pero que se puede “guardar” al llegar el día o cuando no se esté utilizando. Para guardar este tipo de camas se deben levantar y plegar contra la pared. De esta manera, se puede disponer de mucho más espacio libre en la estancia.
El hecho de dejar una mayor cantidad de espacio libre en una habitación puede tener grandes beneficios para los usuarios, ya que se puede aprovechar la zona despejada para realizar otras actividades que no podrían hacer de utilizar una cama no abatible o de tipo tradicional. Entre estas actividades, podemos citar, por ejemplo, el hecho de poder sentarse correctamente en el escritorio, poder realizar algún tipo de deporte, jugar o limpiar con asombrosa facilidad.
Sin embargo, como hemos comentado antes, estas camas abatibles no sólo se utilizan para instalarlas en aquellos pisos o casas que cuentan con un tamaño reducido. Dicho con otras palabras, también sirven para disponer de una cama extra para invitados, por ejemplo, en una habitación que se utilice como despacho o como cuarto de estudio. Del mismo modo, se pueden instalar en otras estancias del hogar, como el comedor o el salón.
Recuerda que este tipo de camas abatibles tienen la ventaja de integrarse perfectamente en el entorno como parte del mobiliario existente, ya que tienen la capacidad de albergar el somier y el colchón en su interior. De hecho, la mayoría de las camas abatibles pueden pasar desapercibidas como si se trataran de armarios roperos o aparadores. Por este motivo, diremos que se trata de un tipo de mobiliario útil y muy estético.
Beneficios de las camas abatibles
Como hemos comentado al principio de este artículo, las camas abatibles pueden ofrecer grandes ventajas y beneficios importantes a los usuarios gracias a que permiten aprovechar el espacio disponible de una manera muy eficiente. También hemos visto que pueden servir para realizar otras actividades, así como para tener un espacio extra para que nuestros invitados se puedan quedar a dormir tan sólo con abrir este mueble. Sin embargo, ahora vamos a hablar de otros beneficios de las camas abatibles que seguramente habrás pasado por alto.
La gran adaptabilidad ante todo tipo de espacios
Este tipo de muebles se pueden adaptar perfectamente a cualquier tipo de espacio, ya sea una habitación, un despacho, un comedor o un salón. Todos ellos pueden albergar una cama abatible o plegable debido a la gran capacidad que tiene para integrarse con el resto del mobiliario, ya que, como hemos comentado antes, pueden pasar perfectamente como si se tratara de armarios.
Del mismo modo, se pueden adaptar a estancias de pequeñas como de grandes dimensiones, ya tengan forma cuadrada o rectangular. Incluso se pueden instalar en habitaciones que resultan muy estrechas.
Esto es posible gracias a la instalación de distintos tipos de camas abatibles que se adaptan perfectamente a las características de todo tipo de espacios. A grandes rasgos, existen las camas abatibles verticales y horizontales, pero también podemos encontrar otros tipos distintos, como, por ejemplo, las camas convertibles en muebles.
Las camas abatibles utilizan unos tipos de mecanismos específicos de apertura
Otro de los secretos mejor guardados detrás de las camas abatibles son los distintos tipos de mecanismos de apertura que disponen. Entre ellos, podemos destacar tres sistemas diferentes que se utilizan para plegarlas y desplegarlas con la máxima facilidad posible.
El primero de ellos es el sistema manual, el más clásico. Este mecanismo se puede abrir y cerrar fácilmente tirando de las asas utilizando únicamente la fuerza de nuestro cuerpo. El sistema semi automático presenta una apertura y cierre más sencillos. Esto se debe a que, aunque se deben hacer igualmente de manera manual, cuentan con una estructura metálica de muelles o de pistones de gas que se une al canapé.
Gracias a ello se proporciona un cierto nivel de amortiguamiento y evita que la cama se abra o se cierre de una forma demasiado brusca. Estos dos primeros métodos de cierre y apertura tienen la ventaja de que no necesitan estar conectados a ninguna toma de corriente eléctrica para poder funcionar.
El tercer y último método que vamos a nombrar en este artículo es el sistema automático o motorizado. En este caso, sí que se hace necesario disponer de una toma de corriente eléctrica para poder enchufar y hacer funcionar este método de apertura y cierre. Para ejecutar las órdenes, normalmente disponen de unos botones o de un mando a distancia.